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Emma Bull es miembro y activa participante del Interstate Writers’ Workshop desde su fundación, en los primeros años ochenta, cuando ninguno de sus componentes había aún publicado nada; un grupo también conocido como «The Scribblies». Se trata de uno de los grupos más sólidos e importantes de escritores de ficción de Minnesota, y en sus filas cuenta con autores como Steven Brust, Pamela Dean, Kara Dalkey o Patricia C. Wrede. También forma parte de Sacred Flying House.
Ha enseñado redacción en diferentes lugares, tanto en el famoso taller literario de Clarion de Seattle, en Tucson o en Los Angeles.
Emma Bull canta y toca la guitarra. Con su banda Cats Laughing, en la que se encuentran así mismo Steven Brust y Adam Stemple, ha grabado tres discos de música folk mezclada con el jazz más psicodélico y dado a la improvisación. También forma parte de un dúo, junto a Lorraine Garland, llamado The Flash Girls, que tocan folk gótico, con el que tiene dos discos en el mercado.
La comunión con su marido Will Shetterly es muy notable y productiva. Su trabajo conjunto ha dado lugar a la edición de una serie de antologías, cuyo segundo volumen fue finalista del Premio Mundial de Fantasía, un guión y a varios relatos. Esas selecciones de relatos, agrupadas bajo el título de «Liavek», contienen historias de autores de la talla de Gene Wolfe, Jane Yolen, Patricia C. Wrede, Steven Brust, Barry B. Longyear, Alan Moore, Megan Lindholm (Robin Hobb) y otros. Shetterly, que así mismo ha sido actor, ha publicado varias novelas (Elsewhere, Nevernever, Chimera, Double Feature y Dogland), relatos, guiones y cómics.
Se considera una artista multidisciplinar. Entiende que la creatividad no es un territorio vedado, pues es algo que el ser humano, diariamente, utiliza para su vida cotidiana. Defiende un cambio de perspectiva de nuestra vida para que la observemos y apreciemos como una serie constante de actos creativos. Mantiene una postura muy abierta respecto a lo que debe ser el arte, y no cree en los prejuicios ni en las posiciones que restringen las manifestaciones artísticas a una poética determinada. Bull es partidaria de una libertad creativa plena y auténtica. De hecho, considera que sólo con esa mentalidad y esa forma de actuar, conscientemente, se puede abrir la puerta para que sea posible cambiar el mundo.